Un año que nos deja mal sabor de boca.
Un año que será para siempre recordatorio de lo que nunca tuvo que suceder.
Un año de vergüenza, de horror y dolor.
Una guerra y una "no guerra" han marcado a fuego nuestras retinas en éste 2023 : una guerra, la de Ucrania y la otra que no se puede llamar guerra porque realmente es un genocidio en la franja de Gaza. Esta última sobre todo ha dejado al descubierto la falta de empatía, humanidad y ética de muchos de nuestros gobiernos.
Los ciudadanos del planeta son los únicos que han dado la talla, las calles se han llenado pidiendo a gritos parar ésta barbarie y en apoyo al pueblo Palestino. La inacción internacional es dolorosa e inexplicable.
Estamos en el umbral de un nuevo año lleno de incertidumbres y en absoluto feliz ni próspero para muchos que lo han perdido todo: sus hogares, sus familias, sus hijos y su futuro.
Para ellos mi ferviente deseo es que puedan tener Paz y sentirse seguros de nuevo a pesar del dolor de las pérdidas irreparables
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